Se alimentan de insectos atrapados en vuelo. Dado que éstos faltan en invierno, los aviones son aves migratorias por necesidad. Pasan el invierno en África, al sur del Sáhara.
Su dieta está formada principalmente por moscas y mosquitos, aunque con frecuencia también captura pulgones, pequeños coleópteros y mariposas.
Prefiere revolotear a cierta altura, y en sus recorridos no destaca ni por su velocidad ni por hacer zigzagueos bruscos, alternando batidos y planeos con las alas extendidas.
Es una especie sumamente sociable y a menudo se observa que ejecuta sus desplazamientos de caza y el retorno a los nidos con bastante coordinación colectiva.
Hay veces, en verano, que se ven las bandadas de aviones merodeando a gran altura sobre las cumbres de las sierras, atraídos por los insectos transportados en las corrientes ascendentes de aire caliente, a mucha distancia de su residencia habitual.